Perinić, Ljeposlav (1922-2005)
Ljeposlav Perinić nació en Split el
18 de mayo de 1922 y desde joven se unió a la causa de una Croacia
independiente.
Durante los cuatro años de guerra
fue locutor de la Radio Croata. En 1945, con la caída de la Croacia
independiente se retiró a Austria. Allí en 1946 conoció a Marija Magdalena
Prpić con quien luego contrajo matrimonio prosiguiendo el camino del exilio.
En 1947 el matrimonio Perinić llegó
a la Argentina. Tuvieron tres hijas mujeres: Vesna, Zdravka y Dubravka.
Perinić participó casi desde el
inicio en el equipo de redacción de nuestra revista Studia Croatica.
En 1984 asumió las funciones de
Secretario de Redacción, al tiempo que pasó a dirigir la revista el dr. Radovan
Latković. En ese cargo estuvo 10 años, cumpliendo sus funciones con eficiencia.
En 1995 dejó las funciones activas
dentro de la revista, pero siguió participando con interés en su funcionamiento
y apoyando a la revista de diversas formas.
El señor Perinić era conocido como
el Rey de las Muñecas porque reunió una colección extraordinaria de muñecas
vestidas con trajes típicos de muchos países del mundo.
¿Cómo empezó esa colección?
Cuando su madre lo visitó por
primera vez en Don Torcuato en 1957, él le pidió que trajera muñecas vestidas
en trajes típicos croatas. Era su primer encuentro con sus tres nietas. Viendo
las hermosas muñecas croatas que la abuela les había traído, las niñas
preguntaron a su padre: ¿Papá, las otras naciones tiene también sus trajes
típicos?", "por supuesto", fue la respuesta. Y esta pregunta fue
un estimulo. Al Sr. Perinić le vino una original idea: escribir cartas a varios
mandatarios y pedirles muñecas en sus trajes típicos para sus tres hijas. Como
él dijo, "si hubiera tenido un hijo varón, esta idea, probablemente, nunca
se me hubiera ocurrido".
Asi comenzó y continuó durante 35
años, armando una colección única en el mundo. Esa colección se exhibió en
diversos lugares del globo.
Desde 1991 años la colección de más
de 350 muñecas, de más de 120 paises se encuentra en Zagreb, al cuidado del
Museo Etnográfico, y se la exhibe en el Centro de Información Turística de
Zagreb (Zrinjevac 14).
Ljeposlav Perinić era un hombre
lleno de vida, optimista, afable y siempre dispuesto a ayudar a otros.
De hecho varias familias lograron
reencontrarse después de décadas de desencuentros gracias al señor Perinić.
Ljeposlav Perinić viajaba todos los años a Croacia –desde su independencia-, donde pasaba algunos meses cada vez.
Tenía planes de ir este año también.
Estuvo lúcido y vivaz hasta el final
y el día anterior había hablado por teléfono con su hermana que vive en Zagreb.
Con la desaparición de Ljeposlav
Perinić la emigración croata en la Argentina pierde uno más de ese grupo
extraordinario de intelectuales que encontraron su refugio en Argentina y que
tanto hicieron para difundir la causa croata cuando eso era imposible en la
patria.
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